Derrepente el tiempo se detiene, no hay segundos, ni minutos; las horas se vuelven inexistentes, el tiempo es totalmente irrelevante...innecesario.
La gente a nuestro alrededor desaparece, todo es sombras, gritos, susurros y poco a poco el ruido se desvanece hasta el silencio...
...allí, en ese espacio llamado Eternidad es cuando una fibra de tu Amor nos toca y entonces todo cobra sentido. Es en ese momento cuando entendemos el “por que” estamos aquí, es en ese momento que todo lo que sabemos deja de importar, es allí donde nos topamos con la Revelación de tu Infinito Amor...ese es el instante en el que caemos rendidos, postrados y entregados a lo que Tu Eres.
Es ese lapso donde nada más importa, donde el silencio dice mas que mil palabras, donde las lagrimas lo explican todo. Es en ese momento donde nos damos cuenta que nuestros gemidos son nuestro mas sincero lenguaje, gemidos indescriptibles de amor...
No existe la impotencia, no existe el limite; el Dios de toda Gloria nos ha Revelado un poco más acerca del Hijo...la Rendición es absoluta...el entendimiento es pleno.
Y todo se resume en una palabra que sale de lo profundo de nuestros corazones como un susuro...JESUS...
