
...De pronto, escuchamos el insistente claxon de un auto. Era mi sobrino Jose Maria, quien llegaba a invitarlo a su casa...era el cumpleaños de su esposa...
...Cuando salio, nos despedimos como siempre: él hizo la señal de la cruz dirigiendose a mí, y yo respondi haciendola hacia él...
lo vi bajar las escaleras y cerrar la puerta de la calle...
Nunca hubiera creído que sería la ultima vez en muchos años que veria a mi hijo caminar apoyado en sus piernas...
Foto: Beto...el hijo de la autora del libro...tomada a principio del 2009, ya puede caminar agarrado de un barandal...ERES UN GRANDE BETO!"!!
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